miércoles, 7 de marzo de 2012

Somos una cooperativa apícola, es decir, que nos dedicamos a la recolección de miel de abeja. Un trabajo que nos alimenta, no sólo nuestro nivel de vida, sino, el alma también, ya que las colmenas nos enseñan el valor cooperativo. Nos echamos el hombro uno a uno con ánimo y sin desmallo, como las abejas, así vamos saliendo adelante todos juntos.

Nuestra cooperativa nace allá por el año 2002 como colectivo de trabajo y de producción siendo una iniciativa de CORDES, facilitándonos espacios, asesorías técnicas y recursos básicos para emprender esta aventura de llevar MIEL PURA a la mesa de las familias.
















Nuestras granjas apícolas son de la cordillera del bálsamo, sierra que corre paralela al litoral salvadoreño en el departamento de La Libertad, entre cafetales y bosques primarios a una altura promedio de 1,000 m.s.n.m.


Cultivamos abejas tradicionales de “castilla”, que se alimentan de flores como la campanilla y una serie de especies autóctonas que se dan en estas mágicas montañas concebidas con la gracia divina de la fertilidad y la dulzura no sólo de sus flores sino del paisaje templado que nos hace más que respirar, suspirar… la MIEL PURA LIBERTAD.


¿En qué radica la importancia de la miel?


Su importancia es debido a sus virtudes y características. Por ejemplo la miel es un alimento altamente energizante que actúa como fuente de nutrición directa de la sangre, el corazón, los músculos y el cerebro; en otras palabras La miel aporta una elevada cantidad de nutrientes. Pero la miel también tiene cualidades terapéuticas, ayuda a cicatrizar y a prevenir infecciones en heridas o quemaduras superficiales. También es utilizada en cosmética (cremas, mascarillas de limpieza facial, tónicos, etcétera) debido a sus cualidades astringentes y suavizantes sobre la piel.

Este dulce y rico alimento ya era usado mucho antes que el azúcar apareciera. La miel era esencial para endulzar todo tipo de alimentos. Existen diversas referencias históricas a esta sustancia. Los antiguos egipcios por ejemplo, se referían a la miel como un producto sagrado, la incluían en actos religiosos o llegando a servir como forma de pagar los impuestos. Los romanos y griegos la emplearon para realizar bebidas alcohólicas y como conservante de alimentos.

Sus propiedades cicatrizantes y humectantes la convierten en el ingrediente número uno de cremas y ungüentos para la piel. Diluida en leche tibia es una excelente loción que se aplica en el rostro y el cuerpo; mezclada con yema de huevo y unas gotas de aceite de almendras ¬para cutis secos¬ o jugo de limón -para cutis grasos¬ es una excelente mascarilla limpiadora y preventiva de las arrugas. Además, mezclada con una infusión de berros, sirve para atenuar las manchas en la piel, y combinada con glicerina y jugo de limón ayuda a aliviar irritaciones y quemaduras causadas por la insolación.


La combinación de miel y jugo de limón también se recomienda para casos de fiebre, tomándose varias cucharaditas durante el día.

Su consumo tiene efectos positivos a nivel del corazón, ya que favorece la producción de fosfatos orgánicos que regulan el ritmo cardíaco y estimulan el riego coronario. Igualmente, por ser rica en minerales y oligoelementos, influye sobre las enfermedades reumáticas; estimula el metabolismo hepático, por lo cual tiene un efecto desintoxicante en todo el organismo, y es un extraordinario reconstituyente.